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Patología de la columna vertebral

El Dr. Orozco observa unas placas

El Dr. Orozco observa unas placas

Las Hernias Discales tanto Cervicales como Lumbares, constituyen el mayor porcentaje de la cirugía de la columna vertebral, pues tanto el dolor cervical como el dolor lumbar afecta al 90% de la población mundial en algún momento de su vida.

En este campo es donde más técnicas quirúrgicas existen y donde los pacientes más confusos se encuentran, pues a la multiplicidad de tratamientos quirúrgicos se une la diversidad de ideas de los cirujanos, las muy diferentes experiencias de amigos o familiares que han sido operados y la «información» que se puede obtener a través de Internet

Hernia discal lumbar

Bajo este epígrafe, de uso común, se incluyen diversas patologías:

  • Degeneración discal
  • Estenosis lumbar (central y lateral)
  • Artrosis facetaria
  • Inestabilidad lumbar
  • Hernia discal propiamente dicha

 

Es importante valorar la clínica, la resonancia magnética, el estudio funcional con radiología simple y el electromiograma para decidir qué técnica es la más idónea para el paciente.

Por otro lado, no es lo mismo operar a un paciente joven, que a un paciente con cierta edad, operar a un paciente delgado o a un paciente obeso, operar a alguien que necesite incorporarse pronto a su vida laboral, que a una persona que no tiene esa premura de tiempo, operar a un paciente que practica deporte de forma habitual, que a un paciente que no tiene ninguna actividad deportiva, operar a alguien con una actividad laboral en la que se levantan pesos de forma habitual, que a una persona con trabajo más sedentario.

Las técnicas quirúrgicas, muy diferentes entre sí, más habituales son:

1.- Cirugía a «ciclo abierto», tipo Microcirugía: Se extirpa la hernia y se extirpa el hueso que estenosa (estrecha) la cavidad por donde sale el nervio de la columna mediante una incisión más o menos grande según el número de discos a operar y el peso del paciente.

2.- Cirugía mediante Endoscopia: Se extirpa el disco y el hueso a través de una incisión de 1cm. Tiene la ventaja de ser menos agresiva, provocar menos dolor postoperatorio y conseguir una reintegración laboral más temprana. Como desventaja: no se puede introducir prótesis a través del endoscopio lumbar.

3.- Cirugía «percutánea»: Consiste en introducir una aguja más o menos gruesa en el disco para producir una disminución del volumen del disco, mediante radiofrecuencia o introducción de un gas o de un producto químico que producirían una reducción de la presión del disco sobre las raíces nerviosas.

Las técnicas más habituales son:

  • La nucleoplastia
  • La ozonoterapia
  • Introducción de geles

 

Todas ellas o vaporizan el disco o modifican químicamente sus características. Se realizan con anestesia local y sedación vigilada por el anestesista. Sólo requieren una estancia de unas horas en el hospital.

4.- Cirugía con introducción de prótesis: En esta cirugía, después de la extirpación del disco y del hueso que comprime las raíces nerviosas, se completa el tratamiento mediante prótesis fijas o dinámicas para tratar una inestabilidad o para prevenir la inestabilidad que aparece cuando se extirpa gran cantidad de hueso (estenosis severas).

Existen diversos tipos de prótesis:

  • Las prótesis interespinosas requieren la misma incisión o un poco mayor de lo que es una microcirugía. La mayoría son dinámicas (no fijan totalmente el segmento).
  • Las prótesis transpediculares son una combinación de tornillos, conectores y barras que fijan los segmentos operados. En pacientes jóvenes se usan barras dinámicas para evitar sobrecarga de los segmentos adyacentes.
  • El uso combinado de hueso y sustitutos óseos alrededor de los tornillos, en el caso de pacientes con osteoporosis; y/o el uso de tornillos especiales (expansivos), también en el caso de pacientes con osteoporosis.

 

Hernia discal cervical

La segunda patología degenerativa en frecuencia después de la hernia discal lumbar. Sus síntomas más característicos son: dolor en cuello y brazos, adormecimiento de los dedos, pérdida de fuerza y mareos. Si la hernia no es muy voluminosa y no conlleva pérdida de fuerza, el tratamiento debe iniciarse con analgésicos y fisioterapia. Si el tratamiento previo no es útil, especialmente si la pérdida de fuerza no se recupera, debe operarse.

La mejor técnica es la Microcirugía, cirugía con microscopio quirúrgico, que se utiliza para extirpar el disco, al tiempo que se visualizan las raíces nerviosas y la médula, para no dañarlas. Después de la extirpación, el hueco que deja el disco debe sustituirse con una prótesis, que puede ser fija (caja) o móvil (disco artificial), según las características del segmento operado, grado de artrosis y de movilidad.

Existen otras técnicas quirúrgicas, como la Endoscopia o la Nucleoplastia.

Fracturas Vertebrales

Tanto las producidas en casos de accidentes como las originadas por pequeños traumatismos en personas con osteoporosis de la tercera y la cuarta edad . Se practican tanto tratamientos «no agresivos» como la utilización de corsés , como la introducción de cementos (Vertebroplastia), el uso de globos para recuperar la altura del cuerpo fracturado (Kifoplastia), y/o la clásica Fijación con prótesis (tornillos o cilindros que corrigen las deformidades y/o sustituyen el hueso fracturado)

Tumores Raquídeos y Medulares

Tumores Raquídeos y Medulares en los que la utilización del microscopio quirúrgico ayuda a una perfecta visualización y extirpación del tumor y que se realizan en colaboración con los Neurofisiologos que, mediante el EMG continuo y los Potenciales Evocados, vigilan durante toda la cirugía el funcionamiento de la medula espinal para evitar secuelas.